Una vez mas, hechos de violencia se hicieron presente en el fútbol argentino, en el deporte argentino. Lamentablemente, en esta oportunidad, hubo que padecer la muerte de un barra brava, de una persona. Se trataba de Martín Acro, hincha de River y miembro de "Los Borrachos del Tablon", la barra encabezada por Adrian Rousseau. Diversas fuentes indican que se trataria de un ajuste de cuentas de la hinchada. No obstante, los motivos no vienen al caso. Nuevamente actos violentos, delictivos, se repitieron, y una vez más se cobró una víctima, que según declaraciones de de Rousseau, será vengada.
Y lo más lamentable, es que se sabe que esas palabras de uno de los líderes de la barra no van a quedar en la nada, todo lo contrario, seguramente se terminen concretando. Que se puede esperar cuando el jefe del operativo policial afirma que "la presencia de efectivos con uniformes hubiera sido un atropello y habría provocado una mayor violencia en el velatorio del joven", cuando los "hinchas" (delincuentes) atacaron a los periodistas allí presentes. O mas aún, cuando la mamá de los hermanos Schlenker (Alán y William, barras imputados en el caso) manifiestan que "hay que rescatar los aspectos positivos de las barras".
Estamos inmersos en una sociedad "enferma", y digo estamos porque todos tenemos responsabilidad en mayor o menor medida. Neceistamos una cura, pero la ncesitamos ya, porque estos hechos se están convirtiendo en la cotidiano y de no combatirlo, será muy tarde y pasaremos a ser enfermos terminales.
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